En este blog tratare de subir contenidos entrettenidos para los lectores. No es un blog de escritores profesionales, es mero entretenimiento.

sábado, 2 de julio de 2016

EL DIA QUE DECIDÍ PERDERME



 Me hubiera gustado detener el tiempo en el momento en que nuestros labios se tocaron por primera vez, ese beso en el que me dejó pensando, dudando de si era real o un sueño, nuestro primer beso… lo sentí eterno, pero solo duró unos pocos segundos. Aun quisiera volver el tiempo para revivir ese recuerdo, pero es en vano, una imposibilidad temporal que simplemente no puede ser, lo único que me queda es mantenerlo en mi memoria.


Ahora me encuentro en mi melancólica casa, sentado en el sofá gastado en frente del televisor que sintoniza un canal aburrido y sin sentido… como mi existencia en este momento. En la mesa de centro está posada una botella de whisky barato y en mi mano izquierda un vaso servido de esa porquería; en la mano derecha sostengo un cigarrillo  casi a termino de consumirse.


Mis pensamientos vagan por recuerdos tristes, que una vez fueron los más felices de mi vida. Unos recuerdos que desgarran las entrañas de mi ser. Bebo un sorbo de whisky y una lágrima sale de mis ojos. “No lo puedo creer, la he perdido”.


Me termino el cigarrillo, tomo mi celular, abro whatsapp, pero ningún mensaje recibido. Reviso las demás aplicaciones y no encuentro absolutamente ningún rastro de ella. “No puedes simplemente ignorarme… no puedes simplemente hacer como si nunca hubiera existido”. Exploto en una furia incontrolable, estrello el vaso contra la pared y éste se hace trizas. Suelto un pequeño llanto que después ahogo bruscamente.


En ese momento suena mi celular, una notificación. Mi corazón se acelera: “¿Será ella?”. Me da un terror observar lo que me ha llegado: “¿y si se arrepintió y quiere volver?, pero ella hace más de un mes que no me habla”.


Tomo valor y me decido a revisar mi celular; un whatsapp de un número desconocido. “Me gustaría ir a recoger mis cosas, aun tengo llaves de la casa, así que me gustaría ir un día en el que no te encuentres. Adiós”.


Mi última esperanza se ha venido abajo. Suena el celular nuevamente, lo miro por simple reflejo, por el condicionamiento que he creado en mí mismo y miro otra notificación; esta vez es de mi viejo amigo J. W. que me invitaba a un bar de mala muerte, yo metido en mi estado melancólico decido aceptar y perderme en el alcohol… nuevamente.


Nota: esta historia y los personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad, es mera y simple coincidencia. 

jueves, 30 de junio de 2016

EL DESDICHADO



Bajo la noche fría y lluviosa, el desdichado hombre los observaba con detenimiento desde el otro lado de la calle, escondido detrás de un auto, fumadose un cigarrillo barato. La pareja salia de un lujo restaurante de la cuidad; "Una linda velada, donde ella pudo presumir orgullosamente su anillo de compromiso fino posado sobre su hermosa y delicada mano". 


El hombre, sin esperanza alguna, solo pudo observar la vida escaparse dentro de un automóvil ultimo modelo por las oscuras calles de la cuidad. El desdichado no tuvo más remedio que marcharse a su deprimente casa, no sin antes, pasar a una licorería de mala muerte y comprar una botella de whisky barato para ahogar sus penas y perderse en su tristeza y desdicha.  


martes, 28 de junio de 2016

EL ASESINO DE SAN MIGUEL



POR: DANIEL GARCIA JAUREGUI



1


El reloj marcaba diez para las seis, era una mañana fría de invierno, de esas mañanas en las que nadie quiere levantarse ni despojarse de su más grande refugio contra el frió infernal. En los últimos días de noviembre hace un frió de los mil demonios, esto genera que se pueda observar tu propia respiración, la escarcha en los parabrisas de los automóviles y la gente bebiendo café. Es cuando todo mundo usa gorros y guantes para protegerse del frió, y en las mujeres no puede faltar ese par de botas que parecen hechas de osos de peluche y una bufanda que hace juego con ellas. 


El cielo aun no clareaba, comenzaba a tomar un color apocalíptico, con un tono rojizo que anunciaba los primeros rayos del Sol que pintaba las nubes de tal color. Cualquier persona que se detuviese a observar por un instante la imagen que estaba en lo alto pensaría que el fin del mundo estaba próximo, sin embargo, todo estaba sereno, no se escuchaba ni el menor ruido, por un momento parecía que el silencio total se apoderaba del ambiente, un silencio que estaba entre la línea de la tranquilidad y la locura; uno de esos silencios en los que eres capaz de escuchar tu respiración y los latidos del corazón, además de tus pensamientos que se tornan retorcidos y bizarros. 


John se encuentra adormilado con la mirada sobre el techo pensando en lo que había sucedido la noche anterior sin lograr recordar cómo fue que llegó a casa. Lo que pudo recordar es que a eso de las diez de la noche se encontraba en el bar del pueblo con unos amigos, celebrando que el Club Guadalajara había logrado coronarse campeón del futbol mexicano, club al cual apoya desde niño y con gran devoción. “Otra vez campeones – se dijo a sí mismo - ya nos alejamos de las mediocres Águilas”. También recordó que entre sus amigos estaba “El Cotepo”, un joven alto de cuerpo fornido, al cual le dedicaba varias horas en el gimnasio. “Varela”, de estatura media que se la pasaba la mayor parte del tiempo alegre y haciendo reír a sus amigos, incluso a John. “Tony”, su primo y de igual personalidad que Varela. “Aarón”, también primo de John, el más bajo de estatura, de personalidad seria, que además estaba enojado por el coronamiento del FC Guadalajara, al más puro estilo atlista. Además de sus amigos, se encontraba bebiendo y celebrando con un montón de personas desconocidas: “maldita euforia, que hace que actuemos sin pensar”.


Le llegan pensamientos vagos, de esos pensamientos de los que no sabes si fueron reales o producto de sueños vívidos. -“Estuve con mis amigos y esos otros sujetos de los cuales no recuerdo haber visto antes” -, dijo para sí. Concentró toda su energía en tratar de recordar cómo es que llegó a casa, pero todo el esfuerzo fue en vano. 


 Suena la alarma, seis en punto. El bajo mundo de la oscuridad comienza a disiparse. La inseguridad, el miedo, el crimen, lo mundano retorna a su nido, como ratas y cucarachas que se esconden cuando el brillo de la luz ocupa el espacio. John intenta levantarse, pero por un segundo pierde el equilibrio y casi cae al suelo, sintió como si la habitación hubiera dado una vuelta completa sobre su propio eje, de pronto se da cuenta de que le duela la cabeza, era como si le estuvieran clavando alfileres en las sienes, sumándole el mareo, efecto todavía por el exceso de alcohol que había ingerido. Toma su celular y apaga la alarma, es ahí cuando se pregunta desde cuándo había adquirido la costumbre de poner alarma los domingos. Recordó que meses atrás tenía la costumbre de salir a correr todos los días, incluido los domingos para poder mantenerse en forma, pero de pronto había dejado de lado ese ritual, de un momento a otro, correr por las mañanas ya no formaba parte de su rutina. Al apagar la alarma, se da cuenta de que tiene notificaciones en su Facebook y en Watsapp y se dispone a abrirlas: maldita tecnología, ya no deja que ser humano pueda disfrutar de un buen café por las mañanas y al mismo tiempo planear el día. Las costumbres de levantarse y dirigirse a tomar un buen baño ya no se usan, ahora lo primero que hacemos es ver el maldito celular para comenzar a ver tonterías. Hoy los niños modorros que duran media hora para levantarse ya no existen, los niños de ahora están a las seis de la mañana metidos en una mini pantalla jugando quién sabe qué juegos. 


John abre sus notificaciones de Facebook y lo primero que ve es el titular del periódico local “El Diario Obrero”, en el cual decía: “ASESINATO BRUTAL A JOVENCITA”. Sus notificaciones de whatsapp se referían a lo mismo. John no logra reconocer a la joven asesinada, ni entiende por qué le llegaron a él las notificaciones. Al abrir su última notificación de whatsapp observa que es un número desconocido, y lo que se lee es lo siguiente: 


 “Estas en graves problemas, pues eres el principal sospechoso, y lo peor es que no vas a poder comprobar tu inocencia” 
ATTE: KIRA



De pronto, John se da cuenta de que tiene las manos manchadas de sangre. 


Y es así como da inicio esta historia llena de terror y suspenso. 

viernes, 12 de febrero de 2016

FOBIAS

Una linda y bella mujer presentaba una muy singular fobia hacia los pequeños e inocentes ratones. Se mostraba imposibilitada de realizar sus labores cotidianas en el hogar; temía que al bañarse saliera un ratón por el desagüe, optaba por no ir al baño en las noches por miedo a encontrarse con uno por el camino, y lo peor, le asustaba que estando haciendo sus necesidades fisiológicas saliera un roedor por el inodoro y se introdujera por esa parte tan íntima.
Su esposo, en tono benevolente, le sugirió buscar ayuda, pues la notaba muy estresada y ansiosa. La hermosa  mujer, un tanto renuente aceptó, pero expresó su incredulidad hacia estos profesionistas.
Hace la cita para el día siguiente a las 14:00 horas, al llegar al edificio, la secretaria la atiende invitándola a sentarse a la sala de espera. Estando ahí, le dieron ganas de irse, pensaba que era una tontería estar ahí. Cuando estuvo a punto de levantarse para retirarse, se abrió la puerta del consultorio y un pequeño niño sonriente salió acompañado del prestigiado psicólogo. El menor se retiró junto a la madre que esperaba impaciente.
El psicólogo, el cual tenía una apariencia de erudito intelectual, traje de sastre, lentes, barba prominente, zapatos relucientes y un físico atlético, la miró y la invitó a pasar.
-Hola Sra. Solano. Pase por favor. -
La femina entró y saludó con cierta timidez.
- Sientese por favor. ¿Qué la trae a mi consultorio? -
Ella, por inercia, comenzó a explorar el lugar en busca de posibles amenazas de algún roedor. En eso estaba cuando se percató de que en la esquina del consultorio estaba un trapeador que la encargada de limpieza había olvidado. Después prodigio a relatar su problemática.
Casi media hora de escuchar a la bella mujer sobre sus dificultades cotidianas producidas por su singular fobia a los ratones, el psicólogo se percató de que ella observa una y otra vez el trapeador, a lo que comentó.
- veo que observa constantemente ese trapeador. -
- Bueno Doctor, la verdad es que ahora mismo se me viene a la mente la idea de que posiblemente en ese trapeador se encuentre un raton, salga y me muerda. -
El psicólogo con el afán de mostrarle que es una "idea irracional", se levanta y se dirige hacia el trapeador.
- Sra. Solano, lo que usted piensa acerca de eso es improbable. Digame, ¿que posibilidad hay de encontrar un pequeño e indefenso ratón debajo de esto? - dijo al mismo tiempo que tomó el trapeador y lo agitó.
Para sorpresa y desfortunio del prestigiado psicólogo, al agitarlo salieron despavoridos media docena de pequeños ratones sin dirección fija. Esto asustó tanto a la bella mujer que la dejó atónita ante tal suceso. Reaccionó de tal manera que se subió de un salto al escritorio y gritó alocadamente.
Cuando los ratones desaparecieron  y la joven se calmó, se bajo y sin pronunciar palabra se salió del lugar.
Desde entonces ella tiene dos fobias, a lo ratones... Y a los psicólogos.

lunes, 4 de enero de 2016

El Asesino de San Miguel. IV parte.

4




El CEIC logró hacerse de la investigación, la cual estuvo comandada por el Agente Criminólogo Jackes Lacan quien decidió agregar a su equipo a Dany. Jackes ordenó a Dany que fuera a hablar con John, pues creía que siendo amigos le daría más detalles sobre lo sucedido. Ambos se dirigieron a la comisaria de poca monta, pero solo Dany entro a la entrevista con el bueno de John.


Cuando iban entrando, un oficial lo escoltó hacia la sala donde se celebraría la visita, era un cuarto pequeño, con luz tenue, en el interior del cuarto solo había una pequeña mesa vieja y dos silla de metal. El oficial le pidió a Dany que entrara y esperara mientras traían a John, éste asintió y se acomodo en una de las sillas. Al cabo de un par de minutos se escuchan unos pasos pequeños junto con el sonido de unos grilletes que eran arrastrados por el suelo, el oficial escoltaba al pobre hombre que vestía un pantalón naranja y una playera blanca, al más puro estilo de Criminal Americano. El prisionero entra a la pequeña sala, el oficial le pide que retroceda para quitarle las esposas de las manos, a lo que obedece. Dany observa a su amigo, una imagen verdaderamente espantosa, el buen amigo John esposado y con grilletes en los pies como si de un criminal peligroso se tratase. Aun lucia el típico peinado de Hitler, la poca barba que le salía ya estaba descuidada. 

Había pasado una semana desde su arresto y ya reflejaba una imagen desgastada.

- Hey Dany. Por fin has venido-

- Apenas me concedieron la visita. Luces desastroso. ¿Cómo estas John? –

- ¿Tú como crees? No me han dejado en paz, ese par de Agentes de la Brigada Criminal me han estado interrogando, a fuerzas quieren que confiese haber matado a la joven, pero yo siempre les digo lo mismo y no me creen. –

- ¿la mataste John? –

- ¿Qué? Es enserio, tu también estas con ellos, ¿también crees que yo la mate? –

- Lo siento, tienes razón, como pude preguntarte eso. Pero debes entender que es protocolo, estoy obligado a hacerte esa pregunta. Mira John, si hay algo que debas decirme, este es el momento, yo puedo ayudarte a solucionar esto, pero necesito toda la verdad. –


John se encorvo hacia delante, como para decirle un secreto.

- No recuerdo nada de lo sucedido. No recuerdo a la joven, ni nada de lo que paso esa noche, solo recuerdo que estaba en el bar de mala muerte de los Tres Nietos, pero de ahí en más… Nada… creo que alguien me drogó, me han de haber dado una bebida adulterada. – miró para ver si alguien los estaba escuchando, cuando se percato de que no era así le comentó. – En la mañana del asesinato recibí un whatsapp de un número desconocido, firmado con el nombre de KIRA.

- ¿Kira? ¿Qué decía? – a Dany le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo al escuchar ese pseudónimo, le hiso recordar a esa carta que habían recibido su esposa y él.

- No recuerdo exactamente, pero decía que yo había sido inculpado. Que no iba a poder probar mi inocencia. Es ahí cuando me di cuenta de la sangre que tenía en las manos. Eso es algo que no me puedo explicar. –

- No te preocupes, vamos a llegar al fondo de esto. Tienes que aguantar un poco más, las autoridades del Pueblo no tienen pruebas contundentes para procesarte, lo más seguro es que salgas libre en un tiempo más. ¿Hay algo más que quieras contarme? –

John iba a negar, pero de pronto un pensamiento invadió su mente. - ¿Quién es la joven? –

- No lo sé, no han podido identificarla, pero lo que sí es seguro es que no es de por aquí. Pero eso es lo extraño, si no es de aquí, ¿Qué estaba haciendo esa noche en el Bar? –
Dany no esperaba una respuesta, pues no existía en ese momento. Se levantó de la silla, se acercó hacia John, le dio una palmada en el hombro y le dijo:

- Aguanta John, pronto te sacaremos de aquí. – se acerco a la puerta y le pidió al oficial que le dejara salir. Dany se perdió en el silencio y abandonó la comisaria.


Mientras tanto John se quedó unos segundos sentado, pensando en las últimas palabras de su amigo  si en verdad recuperaría su libertad. El oficial entró y le pidió que se acercase a la puerta para ponerle nuevamente las esposas: John nuevamente regresaba al infierno.


Dany condujo hacia el CEIC para informar de las novedades de la vistita a la comisaria. Mientras manejaba su pensamiento estaba ocupado con ese tal KIRA, y en cómo es que ese nombre encajaba en el caso. Se decía que si descubría quien era ese incognito, el caso estaría resuelto. Pero de pronto el estomago se le revolvió al recordar la nota que el mismo KIRA le había mandado: debe de ser muy estúpido o muy inteligente como para mandarme la nota”.

La psicóloga Sonia entrevistaba a los vecinos de la Colonia sin tener resultados. Nadie vio nada, pues todo sucedió en la madrugada, hora en que el reino de lo mundano cobra vida y las personas temerosas regresan a su refugio. Sonia decide regresar al CEIC para escribir el reporte de su investigación.

En el interior del CEIC se encontraba Jackes Lacan analizando el expediente del caso. Dany y Sonia se encontraron en el estacionamiento, se dieron un afectuoso saludo y se dirigieron con el jefe en mando. Jackes era de descendencia británica, de unos 50 años de edad, experimentado en Mente Criminal, a lo largo de su carrera había resuelto una gran cantidad de casos de asesinos seriales. Siempre lucía un traje italiano de sastre de tres piezas.

- ¿Qué han logrado? – pregunta Jackes

- Nada importante. – responde Sonia. – no hay testigos, nadie oyó nada. - 

- yo tengo información valiosa.- comenta Dany. – John me dijo que en la mañana del asesinato recibió un whatsapp de un tipo llamado KIRA, el mismo que nos dejó la nota a nosotros. Eso quiere decir que posiblemente él haya inculpado a John. –

- Bien, eso es una buena pista. – Jackes toma nota en su cuadernillo. – El papel encontrado a un lado del cadáver también está firmado por el mismo sujeto. Además puedo ver que la calígrafa es la misma, sin duda se trata del mismo autor.

-  No sé cómo pudieron pasar por alto esta información tan importante los agentes de la Brigada Criminal. Son unos incompetentes. – Sonia se muestra furiosa.


Dany observa en el lenguaje corporal de su esposa una gran ira, las manos empuñadas, los ojos en un punto fijo, la  mandíbula rígida, una pequeña vena le saltaba en la sien. – Ya lo sé, pero cuando hablé con el Agente Cho, me dio la impresión de que algo estaba mal, como si no les importara quien cometió el crimen, era como si estuvieran apresurados a cerrar el caso. – Dany medita un poco, se adentra en sus pensamientos. -  además, cuando recibimos la carta de Kira, mencionaba al Agente Cho y lo que nos dijo, eso solo lo pudo haber sabido alguien que estuviera cerca.- Su cuerpo tembló de solo pensar que quizá estuvo a unos cuantos metros o incluso centímetros del posible asesino de la desdichada jovencita.


Los tres profesionales se dedicaron a repasar el caso para ver si encontraban algo que les pudiera servir, se pasaron el resto del dia en la oficina. Ya en la noche Dany y Sonia deciden retirarse a descansar: “si queremos resolver el caso, es importante estar al máximo”.


Mientras tanto en la comisaria de poca monta de San Miguel se encontraba John, a media noche aun en vigilia y con mucha hambre y sed. Hacia horas que no probaba un bocado, solo un pedazo de pan duro que un oficial le aventó por lástima. La noche pasó en un pequeño colchón hediondo  orines en el suelo, a un costado un retrete sucio, no tenia con qué taparse, simplemente con la ropa que llevaba puesta, la chamarra de los “Green Bay Packers” que se traia se la quitaron al solo entrar: “una mala noche para dormir en el infierno”.


Al dia siguiente despierta entre gritos y lamentos de un pobre muchacho que llevaban a encerrar a la celda contigua. Era conocido por  vender éxtasis cerca de la secundaria a estudiantes a bajo costo. Lo atraparon cuando estaba por realizar una venta a una pequeña estudiante primeriza que no supo cómo disimular, una señora los vio y dio aviso a la policía que de inmediato fueron tras él, después de unas cuantas calles lo atraparon. Al parecer los polis lo llevaron a dar un paseo por el pueblo, lo torturaron con todo lo que se les ocurría y ya entrada la mañana decidieron encerrarlo en la comisaria.


John observa como golpeaban a vendedor y lo llevaban a porrazos a lo que creía era la zona de castigo, donde los desnudaban a mojaban a cubetazos con agua helada. Al cabo de unos instantes, unas personas de traje elegante y lentes oscuros aparecieron y se dirigían con él. Un policía abrió la celda y lo esposó. Uno de ellos entro y le djo:


- Ven con nosotros, se llego la hora.-

- ¿A dónde me van a llevar? ¿Dónde está mi abogado? – John estaba asustado y nervioso, pues la apariencia de estos sujetos no era nada agradable.


Lo tomaron de los brazos y lo sacaron de la celda, se dirigían hacia la salida. En la puerta de la comisaria estaba la Agente Solano, tan sensual y intimidante como siempre. Solo los observó sin mencionar una sola palabra. En la calle los esperaba un automóvil Ford Fusion 2016 que los llevaría a su destino, el problema es que John no sabía cuál era.




Jackes reúne a sus elementos para tener una pequeña reunión y recabar toda la información, organizarse para continuar con la labor. Sonia fue dirigida a hablar con los amigos con los que se encontraba John la noche del asesinato, para ver si alguien recordaba algo o a alguien. Dany iba a visitar nuevamente a John para hacerle más preguntas, y ver si le suena el nombre de Kira, o quizá si recordaba a una persona que quisiera hacerle daño. “otra vez tendré que soportar ver a John en ese estado, es verdaderamente triste”, se dice Dany a sí mismo.


Al llegar a la comisaria lo recibe un oficial con cara de pocos amigos:


- Hola Doctor, ¿en qué le podemos servir? – Menciona con un gesto burlón.

- Vengo a ver a John, no he podido hacer cita previa, pero es parte de la investigación, así que no creo que haya problema. –

El oficial soltó una pequeña risa. – lo siento, pero el preso ya no se encuentra aquí. El caso se convirtió en caso federal, y fue llevado al tribunal para ser procesado. –


Dany se quedo perplejo, se sorprendió de lo que acababa de escuchar. Como era posible que lo procesaran cuando no tenían las pruebas suficientes para inculparlo. Salió corriendo y se dirigía a la oficina del CEIC para informar a Jackes. Al llegar dio ala noticia, y se dirigieron a hacia allá. Al llegar a la Sala de Audiencia vieron a John siendo procesado injustamente.


El juez pide un breve receso para tomar la decisión final y decidir el destino del pobre de John. Mientras tanto los espectadores no podían hacer nada. Dany logró ver a los padres de su amigo llorando desconsolados, una escena para la que nadie estaba preparado.


El juez entra a la sala, todo mundo se pone de pie para recibirlo. Al cabo de unos instantes el juez da el veredicto final el cual es:


-  Dado lo presentado el día de hoy, se encuentra al ciudadano Jonathan Muñoz como… CULPABLE. Por el crimen cometido, la gravedad de las consecuencias y la monstruosidad del crimen se le condenan a CADENA PERPETUA. Es todo, pueden salir, y llévense al criminal.





La historia de nuestro amigo John se está complicando.

Increíblemente nuestro amigo John ha sido declarado culpable. ¿Qué clase de pruebas fueron presentadas para tal veredicto? 




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Lic. Psic. Daniel G. Jauregui. Con tecnología de Blogger.